Miro la luz y pienso en ti:
la dulce luz de tu silueta.
Pasa la tarde del otoño lento
de mi larga vida
y tu nombre, Laura,
Laura que pudo ser Violeta,
tu nombre basta
y me ilumina.
Contamos cuentos para vivir, para soñar, con el propósito de dejar huella. Contamos cuentos para decir que amamos
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