martes, 20 de octubre de 2009

Una tarde en la vida de Laurita protagonista

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¿Puede llamarse una saltamontes Laura?

Este tipo de preguntas eran frecuentes en la cabeza literaria de “Sebas”. Sin embargo su amigo Brandon se preguntaba ¿Cuántas patas tiene un saltamontes? ¿A qué distancia puede llegar a saltar si el viento está a favor y sopla a 23 Km. hora?


Lo curioso es que ambos, Sebas y Brandon eran entrañables amigos del colegio, aún siendo tan diferentes. Sebas era el mejor alumno de la clase de Lenguaje, en cambio Brandon no era capaz de distinguir un adjetivo de un adverbio, pero no había problema de Matemáticas o Física que se le resistiese. “Está chupao” solía decir.


Esa tarde Laurita Buonacuore iba a salir con ellos para ir a la reunión del Círculo de Niños Emprendedores. Sebas la invitó, le dijo que un profesor nuevo quería que descubriera la actitud protagonista que anidaba en su anterior.


- ¿Qué quiere decir “anidar”? –preguntó Brandon

- Yo tampoco lo sé –se adelantó Laura

- Algo así como alojarse, vivir en un lugar. Viene de nido, de la casa de los pájaros



- ¿Y la actitud protagonista es como un pájaro? –Preguntó Laura con cara de “vaya tontería, que tipo tan raro ese profesor”

- Para mi que sí, que tiene que ver con voladas y sueños y esas cosas –sugirió Brandon

- ¡No, noo!. Ya estás con tus ideas. La actitud protagonista tiene que ver, según nos explicó el profe, con la disposición de hacer, de tomar la decisión de hacer las cosas, no dejar que otros las hagan por nosotros, ser responsables, solidarios, capaces…

- ¡Uy cuantas cosas! –dijo Laura con preocupación

- Pero…¿Alguien protagonista es, por ejemplo mas alto que los demás? ¿Duerme más? ¿Tiene que ser bueno en Mates o en Ciencias Sociales? ¿Desde qué años se puede empezar a ser protagonista?

- ¡¡¡Para, para, Brandon!!!. Yo estoy como vosotros. Esta es mi primera reunión. A mi me suena bien. Sí, yo creo que es bueno ser protagonista –se defendió Sebas

- Y protagonista se puede ser desde muy niña –agregó Laura – a mí mi madre me dijo que desde que yo nací me convertí en la protagonista de su vida.

- En realidad hablais muy raro –dijo Brandon – ¿Y se puede saber que vamos a hacer en ese Círculo o como se llame?

- Va a ser un taller, y para que no me preguntes lo que es un taller es un tipo de clase en la que el profe nos plantea una idea y sobre ella nosotros debemos trabajar. No es él quien nos dice las cosas, nosotros las descubrimos o las proponemos –contestó Sebas.

- ¡Guay! Me gusta, esa es una forma de ser protagonistas desde la clase ¿Verdad? A mi me gusta hacer cosas más que escucharlas. Me suena bien...-intervino Laura.



Iban caminando por la calle Cárdenas hacia Sotillo de los Caballeros y en una esquina vieron a un ladronzuelo intentando meter la mano en la gorra de un ciego que tocaba el acordeón para quitarle sus pocas monedas recaudadas.

- Eeehhh, mirad que cara. Le está robando -advirtió Laurita Buonacuore


Los tres salieron corriendo hacia la esquina gritando al unísono ¡¡¡Un ladrón!!! ¡Le está robando! Y el raterillo salió de estampida ante el temor que lo descubrieran. Eso sí, mirándoles con mucho odio.


El ciego les dio las gracias. No había logrado llevarse nada. Les preguntó sus nombres.


Sebas, Brandon, Laura

y les regaló una melodía de su acordeón

- ¿Me permitís que os obsequie con mi música? Es lo único que tengo, pero es mi mejor regalo.

- Claro, a mi me gusta mucho la música –dijo Laura con una sonrisa que mostraba que esa forma galante y culta del ciego le gustaba. No sabía por qué pero le gustaba.

- ¿Alguna canción preferida? –preguntó el ciego.

- La que usted quiera

- Entonces como esta semana es Santa Laura tocaré para vuestra amiguita esta canción dedicada a Laura de un cantante catalán que se llama LLuis LLach ¿Lo conocéis?

- No –dijeron los chicos

- Si – respondio Laura –a mi madre y a mi abuelo les gusta mucho.




El ciego interpretó Laura y Laurita sintió en su pecho un orgullo, algo así como un pájaro despertando dentro. Raro, pero lo sentía.


Llegaron al encuentro cuando ya el taller ya estaba empezado. Pidieron disculpas al profesor que era un tipo simpático que hablaba como si fuera un actor contento.


- En esta ocasión el retraso está justificado ¿Sabeis por qué? –preguntó el profesor.

- Supongo que porque hemos contribuido a rebajar el indice de delincuencia –dijo Brandon

- No, porque habéis hecho una clase práctica de protagonismo. Eso es ser protagonista tomar partido en el mundo en que vivís, contribuir a que las cosas sean mejor. Propongo chicos -les dijo al resto de la clase - que trabajemos hoy sobre la experiencia de Laura, Brandon y Sebas, ellos serán nuestros protagonistas del día. Reuniros en grupos y pensad en que cosas podríamos hacer en un día cualquiera que hicieran que esta ciudad en la que vivimos fuera un lugar de buena convivencia.


Los tres amigos se miraron y se hicieron un guiño.