domingo, 6 de febrero de 2011

Microcuentos 3



Se sentaban por la noche en el banco de la estación para ver pasar el tren iluminado como una flecha-estrella.

Bien vestidas las dos, bien peinadas. Ella con una flor en el pelo.

Era el momento más esperado del día y así pasaron años, esperando reconocer en un instante mágico al amor de su vida. Reconocerían el óvalo del rostro, la mirada clara, el mismo gesto de asombro traspasando la ventanilla.


¿Cómo lo descubrirían? Nunca me dijeron. Nunca lo supe, pero ellas sí lo sabían y por eso ocurrió.

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